TABARÉ DERROTO A PIRIAPOLIS EN PARTIDO HISTÓRICO. EL DESAFÍO NO LE QUEDO "YICO"
- Miguelángel Cardozo Fleitas
- 21 may 2017
- 3 Min. de lectura
Era un partido sin mañana para Tabaré, porque de no ganar quedaba en el fondo de la tabla del grupo L. Todo comenzó de forma adversa para los del indio ya que a los 18 minutos Piriapolis se encuentra con una apertura fortuita. El zurdo Martín Rodriguez se encuentra con un balón picando dentro del área contra la izquierda, el cual centra hacia adentro, con la suerte que el mismo se cerrara al arco, ingresando por el ángulo superior izquierdo. A los 18 minutos se ponían en ventaja los locales. Un equipo con oficio, como Piriapolis hizo prevalecer su experiencia en los minutos restantes de la primera etapa como para controlar las acciones, e incluso pudiendo ampliar el marcador, producto de un par de jugadas de contragolpe. En el complemento las cosas comenzaron de la misma forma, con los locales controlando, e incluso llegando más. A medida que pasaban los minutos Tabaré se empezaba a arrimar hacia el arco de Jose Hernandez, pero con poca claridad. A su vez Piriapolis contragolpeaba llegando con más peligro, desaprovechando varias ocasiones. Un cabezazo de Adrian López, tras desborde de Bacetti, un cabezazo de Elizondo dentro del área, un remate rasante de Diego Fernández, otra incursión al área de Diego Ramos definiendo desviado, un remate de Ernan Delgado, son algunas de las tantas ocasiones del local, quien no cierra un partido favorable hasta ese entonces. Tabaré se repetía en ataques sin claridad, con mucha lucha por parte de Bello y Munhoz, que querían pero no podían, resultando el juego un entrevero por momentos, Ese entrevero lo lleva a equiparar las acciones primero, para, con el pasar de los minutos ir inclinando en el dominio por lo menos territorial para la visita. Se realizan cambios, en Tabaré ingresando Juan Ontaneda, Santiago Blanco, y Francisco "Yico" Núñez, (o el totito chico para nosotros hasta ahí). Las variantes pararon a los del indio con tres en el fondo, jugandose al todo o nada para cambiar golpe por golpe con el tradicional rival. Era mas de lo mismo, lucha, pierna fuerte pero con poca claridad. Se esperaba más el segundo de Piriapolis que el empate de Tabaré, producto de los espacios que dejaba la visita. Hay una vieja frase del periodista Eduardo "lalo" Fernandez que decía : "los goles se hacen por virtudes de los nuestros, por errores de los rivales, o revolviendo". Haciendo referencia a ese "revolviendo" con situaciones como centros a los delanteros para que la peleen, tiros al arco medios tímidos, o jugadas sacadas de tranques, segundas pelotas o luchas para que una "guinda" quede a pedir de boca, y uno la empuje a la red. Si bien Tabaré progresó en la cancha con alguna acción interesante, un cabezazo del "mute" Diego González que pasa cerca, un remate de Bello; el gol llega, a raíz de un tiro de Alejandro Machado, que rebota derivando y, picando boba en el área chica, para que Pablo Munhoz defina con toque bajo contra el palo del "chacho" Hernandez. Revolviendo, así llega la igualdad, sin el más mínimo festejo, la visita toma la pelota y corre al medio para retomar las acciones. Iban 35 y las cosas se pusieron mas a tiro para Tabaré, quien siguió luchando el partido, con centros y dominio territorial. Faltando cada vez menos, se ejercía una presión cada vez mas fuerte hacia el arco de Piriapolis,situando a la defensa al borde del área grande, sacando para cualquier lado, sin poder contraatacar ya. Sobre el minuto 90 una jugada por derecha, que va hacia el área en la búsqueda de Pablo Munhoz, quien no llega, pero sí llega el "perro" Barreda, para peinarla, no pudiendo sacarla, siguiendo su curso, para encontrar el ingreso de (ahora sí) Francisco "Yico" Nuñez, quien conecta un certero golpe de cabeza, abajo contra el palo, para desatar la locura de la afición Tabaretista. Los minutos restantes fueron más de los mismo, lucha y entrega, con Pirapolis queriendo pero sin poder llegar al empate. Los clasicos no se juegan, se ganan, y Piriapolis pagó caro su falta de efectividad a la hora de generar las acciones de gol. Tabaré jugó con el cuchillo entre los dientes, y el corazón en la mano, para empujar con el alma cada alternativa de juego, cada pelota dividida, cada acción, logrando así la tan ansiada victoria. Quebró el maleficio de casi una década de sequía, obteniendo además el primer triunfo clásico en la historia de los torneos de Ofi. Tenía por delante tremendo desafío de obtener los tres puntos para seguir en carrera, porque sino todo el trabajo de venía abajo. El desafío no le quedó chico, no le quedó "yico".
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